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La disfunción temporomandibular (DTM) es un trastorno que afecta la articulación que conecta la mandíbula con el cráneo. Puede causar dolor y dificultades en funciones básicas como hablar y masticar, afectando la calidad de vida de quienes la padecen. Las causas de la DTM son variadas e incluyen problemas dentales, bruxismo, estrés y lesiones. El diagnóstico adecuado es clave para abordar esta afección, que presenta diversos síntomas y requiere un tratamiento específico según cada caso.

Anatomía de la articulación temporomandibular

La articulación temporomandibular (ATM) conecta la mandíbula con el cráneo y facilita una serie de movimientos necesarios para funciones cotidianas. Esta articulación está compuesta por varias estructuras, incluyendo:

El cóndilo de la mandíbula, que se articula con el hueso temporal del cráneo.
Un disco articular que actúa como amortiguador y permite el movimiento sin fricción.
Ligamentos y músculos que estabilizan y permiten el movimiento de la mandíbula.

Funciones esenciales para hablar, masticar y tragar

La ATM es fundamental para varias actividades diarias. Desempeña un papel crucial en:

Hablar: Permite el movimiento necesario para articular palabras y sonidos.
Masticar: Facilita la trituración de los alimentos mediante un movimiento coordinado de apertura y cierre de la boca.
Tragar: Contribuye al procesamiento de alimentos y su paso hacia el esófago.

Tipos de disfunción temporomandibular

Existen varias clasificaciones de la DTM, que pueden ser categorizadas según su origen y manifestaciones. Estas clasificaciones son importantes para un diagnóstico y tratamiento adecuados.

DTM muscular

Este tipo se relaciona con problemas en los músculos que controlan la mandíbula. La tensión o sobrecarga en estos músculos puede provocar dolor y limitar la movilidad mandibular.

DTM articular

La DTM articular afecta directamente la articulación temporomandibular. Este tipo puede incluir el desplazamiento del disco articular o inflamación, que resultan en limitaciones y molestias al mover la mandíbula.

Combinación de disfunciones muscular y articular

En muchos casos, los pacientes presentan una combinación de disfunciones tanto musculares como articulares. Esto puede complicar el diagnóstico y requiere un enfoque integral para el tratamiento adecuado.

Causas y factores de riesgo asociados a la disfunción temporomandibular

La disfunción temporomandibular puede ser ocasionada por diversas razones. Comprender estas causas y los factores de riesgo es esencial para abordar adecuadamente el trastorno. A continuación se describen las causas más comunes que pueden contribuir a esta afección.

Maloclusión dental y problemas dentales

Las alteraciones en la alineación de los dientes pueden generar una mala oclusión, lo que somete a la articulación temporomandibular a un mayor estrés. Esta situación puede crear una tensión excesiva en los músculos masticatorios, desencadenando incomodidad y dolor. Por otro lado, problemas dentales, como caries o infecciones, también pueden influir en la función de la mandíbula.

Bruxismo y hábitos orales nocivos

El bruxismo, que implica apretar o rechinar los dientes de manera involuntaria, es uno de los principales agravantes de la DTM. Este hábito puede surgir durante el sueño o por estrés. Los dientes son sometidos a una presión considerable, lo que contribuye a la aparición de síntomas dolorosos.

Rechinar los dientes

El rechinar de los dientes, conocido como bruxismo, da lugar a un desgaste dental significativo y tensión muscular en la mandíbula. La tensión generada por este movimiento puede provocar inflamación y dolor en la articulación temporomandibular.

Morderse las uñas y masticar objetos

Otros hábitos nocivos, como morderse las uñas o masticar objetos inusuales como lápices, también pueden generar un impacto negativo en la articulación. Estos comportamientos pueden aumentar la tensión y contribuir al desarrollo de la disfunción.

Estrés, tensión emocional y efectos musculares

El estrés y la tensión emocional tienen un efecto significativo sobre los músculos de la mandíbula. La ansiedad puede llevar a una tensión crónica, manifestándose en los músculos masticatorios y potencialmente causando síntomas de DTM. El manejo inadecuado del estrés puede impactar en la calidad de vida, siendo un factor desencadenante importante.

Traumatismos y lesiones en mandíbula, cabeza y cuello

Las lesiones directas en la mandíbula, el cráneo o el cuello pueden resultar en disfunciones temporomandibulares. Accidentes deportivos, caídas o golpes pueden alterar la alineación natural de la articulación, provocando dolor e incapacidad para realizar movimientos normales.

Enfermedades y anomalías estructurales

Ciertas enfermedades pueden predisponer a una persona a desarrollar disfunción temporomandibular. Estas condiciones pueden variar desde problemas articulares hasta anomalías congénitas que afectan la estructura de la mandíbula.

Artritis reumatoide y enfermedades degenerativas

Las enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, pueden afectar las articulaciones, incluida la temporomandibular. Estas afecciones pueden causar inflamación y deterioro de los tejidos, produciendo dolor y limitaciones funcionales.

Desplazamiento del disco articular

El disco que actúa como cojín entre la mandíbula y el cráneo puede desplazarse de su posición normal. Este desplazamiento puede resultar en dolor, chasquidos y limitaciones en el movimiento de la mandíbula, incrementando la severidad de los síntomas asociados con la DTM.

Síntomas y signos clínicos de la disfunción temporomandibular

La disfunción temporomandibular se manifiesta a través de diversos síntomas y signos clínicos que pueden variar en intensidad y frecuencia, afectando la calidad de vida del paciente. A continuación, se describen los síntomas más comunes asociados a esta afección.

Dolor en la mandíbula y dolor orofacial

El dolor mandibular es uno de los síntomas más frecuentes. Puede ser constante o intermitente, y suele variar en intensidad. Este dolor puede irradiar hacia otras áreas del rostro, como las mejillas y la frente, generando un malestar significativo. La localización del dolor puede resultar confusa, ya que puede confundirse con molestias dentales o de oído.

Dificultad para abrir y cerrar la boca

Muchas personas con DTM experimentan problemas para realizar movimientos mandibulares básicos. Esta limitación en la apertura y cierre de la boca es ocasionada por la inflamación y el dolor en la articulación temporomandibular.

Sensación de bloqueo y limitación de movimientos

En ciertas ocasiones, los pacientes pueden sentir que su mandíbula «se bloquea», impidiendo su correcta movilidad. Esta sensación puede ser angustiante y dificultar actividades cotidianas como comer o hablar.

Ruidos en las articulaciones temporomandibulares

El desplazamiento del disco articular dentro de la ATM puede causar ruidos como chasquidos o crujidos al abrir o cerrar la boca. Estos sonidos son indicadores frecuentes de una DTM subyacente y, aunque pueden no ser dolorosos, suelen generar preocupación en el paciente.

Dolor cercano al oído y dolores de cabeza

El dolor en la ATM puede irradiar hacia el área del oído, causando molestias que a menudo se confunden con problemas otológicos. Además, los dolores de cabeza, especialmente en la región temporal, están relacionados con la tensión muscular y la alteración del equilibrio mandibular.

Tensión muscular en cuello y hombros

La compresión y el mal funcionamiento de la mandíbula pueden provocar una tensión significativa en los músculos del cuello y los hombros. Esta tensión, a su vez, puede resultar en dolores y rigidez en estas áreas asociadas, impactando en la movilidad general del paciente.

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