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Las aftas bucales son pequeñas lesiones dolorosas que aparecen en la mucosa oral. Aunque no son contagiosas, pueden causar molestias significativas al hablar, comer o beber. La causa exacta de su aparición no se conoce, pero se relaciona con factores como traumas, cambios hormonales y estrés. Existen diferentes tipos de aftas, y su tratamiento se centra en aliviar los síntomas y acelerar la curación.

Aspectos clínicos de las lesiones bucales

Estas lesiones suelen presentarse como manchas blanquecinas rodeadas de un halo rojizo. Generalmente, miden entre 3 y 10 milímetros de diámetro. Aunque son dolorosas, no son contagiosas y tienden a sanar en un periodo que varía de uno a dos semanas.

Tipos de aftas bucales

Se clasifican según sus características en diferentes tipos, cada una con particularidades que pueden influir en su tratamiento y manejo.

Aftas menores

Son las más frecuentes. Normalmente, estas aftas tienen un tamaño menor de un centímetro. Tienden a aparecer de manera aislada y su dolor es notable, pero no representan un riesgo para la salud. Su curación se produce generalmente en un plazo de 7 a 14 días.

Aftas mayores

Este tipo es menos común, pero se considera más serio. Las aftas mayores suelen superar el centímetro de diámetro y se localizan frecuentemente en la parte posterior de la boca. Pueden ser muy dolorosas y su cicatrización puede tardar semanas, mostrando la posibilidad de dejar trazas o cicatrices.

Estomatitis aftosa recurrente

Se caracteriza por la aparición frecuente de múltiples lesiones en la boca. Estas aftas pueden variar en tamaño y localización, provocando un dolor significativo y afectando la calidad de vida de quienes la padecen. Su recurrencia suele requerir atención médica para evaluar posibles causas subyacentes.

Factores y causas relacionadas con la aparición de aftas

Existen múltiples factores que pueden contribuir a la aparición de aftas bucales. Estos factores se relacionan con el estilo de vida, la salud general y condiciones específicas que afectan la mucosa oral.

Traumas e irritaciones bucales

Las lesiones ocasionadas por traumas e irritaciones en la boca son uno de los desencadenantes más comunes de las aftas. Estos pueden surgir de diversas situaciones cotidianas.

Prótesis dental y su influencia

El uso de prótesis dentales puede causar irritaciones en la mucosa oral, especialmente si no se ajustan adecuadamente. La fricción provocada por la prótesis puede dar lugar a ulceraciones. Esto es especialmente notorio en personas que están en proceso de adaptación a estos dispositivos.

Implantes dentales y cirugía oral

Los implantes dentales y cualquier tipo de intervención quirúrgica en la boca pueden ser una fuente de malestar. Las pequeñas heridas resultantes de estos procedimientos pueden convertirse en aftas si no se manejan adecuadamente. Además, la inflamación de los tejidos tras una cirugía puede predisponer a la formación de estas lesiones.

Cambios hormonales y su impacto

Las fluctuaciones hormonales, especialmente las que ocurren durante el ciclo menstrual en mujeres, han demostrado tener un vínculo con la aparición de aftas. Estas variaciones pueden afectar la mucosa oral, aumentando su sensibilidad y predisponiendo a lesiones.

Deficiencias nutricionales y dieta equilibrada

Las carencias en la ingesta de ciertos nutrientes esenciales son factores que pueden agravar la tendencia a desarrollar aftas. La falta de hierro, vitaminas B12 y C, así como el ácido fólico, pueden comprometer la salud de la mucosa oral.

El hierro es crucial para la formación de células sanas.
La vitamina B12 ayuda en la regeneración celular.
La vitamina C es esencial para mantener la salud de las encías y tejidos blandos.

Estrés y factores emocionales

Las situaciones de estrés intenso y ansiedad pueden desencadenar brotes de aftas. El impacto psicológico puede llevar a alteraciones en el sistema inmunológico, favoreciendo la aparición de lesiones bucales.

Infecciones y alergias alimentarias

Ciertas infecciones virales o bacterianas pueden ser responsables de la creación de aftas en algunos individuos. Además, las alergias a determinados alimentos como lácteos, nueces o frutas, pueden provocar reacciones que se manifiestan en la forma de aftas.

Síntomas y diagnóstico en pacientes con aftas bucales

Identificar los síntomas y establecer un diagnóstico adecuado son pasos fundamentales en el manejo de las aftas bucales. A continuación, se describen los principales signos que pueden presentar los pacientes, así como los métodos de diagnóstico utilizados por los profesionales de la salud.

Síntomas comunes

Las aftas bucales se caracterizan por una serie de síntomas que permiten su identificación. Las lesiones suelen ser pequeñas, con áreas de color blanquecino o amarillento rodeadas de un halo rojo. Los síntomas más frecuentes incluyen:

  • Dolor localizado en la zona afectada, que puede ser intenso.
  • Sensibilidad al calor y al frío, lo que dificulta la ingesta de alimentos y bebidas.
  • Inflamación y enrojecimiento alrededor de la úlcera, generando incomodidad.
  • Dificultad para hablar, especialmente si las aftas están ubicadas en la lengua o el paladar.
  • Sensación de ardor o picazón que precede a la aparición de las lesiones.

Diagnóstico diferencial y chequeo clínico

El diagnóstico de las aftas bucales es generalmente sencillo y se basa en la observación clínica de las lesiones. Un profesional de salud examinará la boca del paciente en busca de señales visibles de aftas. Sin embargo, puede ser necesario realizar un diagnóstico diferencial para descartar otras afecciones que puedan presentar síntomas similares.

Pruebas médicas y odontológicas

En algunos casos, especialmente si las aftas son recurrentes o severas, se pueden emplear pruebas adicionales. Estas pueden incluir:

Análisis de sangre para evaluar posibles deficiencias nutricionales.
Reacciones alérgicas a alimentos o medicamentos.
Exámenes específicos para descartar enfermedades autoinmunes que puedan causar lesiones orales.

Evaluación de causas subyacentes

Es recomendable realizar un seguimiento del historial médico del paciente. Esto puede ayudar a identificar factores desencadenantes que aumentan la frecuencia de las aftas. Se recomienda explorar:

Si hay antecedentes de traumas bucales o irritantes.
Fluctuaciones hormonales, especialmente en mujeres.
Patrones de estrés y su potencial relación con el desarrollo de lesiones.

Preguntas frecuentes sobre las lesiones bucales

Se presentan dudas frecuentes respecto a las aftas bucales. Un diagnóstico correcto es esencial para abordar adecuadamente el problema. Algunos interrogantes comunes incluyen:

¿Las aftas son contagiosas? No, las aftas no se transmiten de una persona a otra.
¿Aparecen por el consumo de determinados alimentos? Sí, ciertos alimentos pueden ser factores desencadenantes en algunas personas.
¿Qué hacer si las aftas persisten? Consultar a un profesional de la salud para una evaluación más exhaustiva.

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